Memoria de laboratorio

1. Elaboración de la memoria.

1.1. Título.

1.2 Autores.

1.3 Resumen.

1.4. Introducción.

1.5 Experimental.

1.6 Resultados y discusión.

1.7 Agradecimientos.

1.8 Bibliografía.

2. Ejemplo de memoria de laboratorio.

1.      Elaboración de la memoria.

El modelo elegido para la presentación de la memoria es el de un trabajo científico. A la hora de realizar un informe a una empresa o similar, el esquema es muy parecido, si bien puede variar ante la necesidad de introducir un índice o hacer hincapié en aspectos “más comerciales” introduciendo, por ejemplo, estudios de costes de producción o resaltando proyecciones de futuro.

Una vez realizado el trabajo de laboratorio se deberá presentar una memoria relacionada con el mismo que cubra los siguientes apartados:

1.1.    Título.

La elección del título a la hora de presentar un trabajo científico, un informe, un proyecto, etc., debe hacerse con mucho cuidado. Debe ser indicativo del contenido del trabajo y al tiempo debe suscitar el interés de las personas dispuestas a consultarlo. De un trabajo puede interesar su máxima difusión (artículos científicos o de divulgación), con lo cual interesa animar su consulta; puede interesar la aprobación de los destinatarios (informes privados, etc.) o bien debe entrar en competencia con otros trabajos (concursos públicos, etc.): en todos los casos hay que predisponer para una lectura favorable de nuestro trabajo.

En la memoria tenéis libertad para elegir el título que consideréis más conveniente, pero debe ir precedido por el epígrafe PRÁCTICA + el Nº que corresponda.

1.2.    Autores.

Los nombres de los autores deben figurar debajo del título. La forma correcta es el primer nombre completo, la inicial del segundo nombre, si lo hay, y apellidos. Normalmente el orden es decisión libre de los autores de acuerdo a diferentes reglas.

En la memoria los colocaremos en orden alfabético.

Debajo del nombre habrá que dar la dirección del centro o empresa al que pertenecen los autores.

En la memoria haremos figurar el grupo de prácticas y la mesa de trabajo.

1.3.    Resumen.

Se sitúa a continuación del título y de los autores. En una primera página se introduce un resumen de unas 250 palabras como máximo. Debe facilitar, tras una lectura rápida, una información suficiente en relación con los contenidos del trabajo presentado, tanto desde el punto de vista de los objetivos, como de la metodología empleada y de los resultados a los que se ha llegado. Un resumen debe reflejar fielmente los contenidos del trabajo: si el resumen está bien hecho, puede ser la puerta para que un buen trabajo llegue a muchas personas o bien para ahorrar tiempo a aquellos a quienes realmente no interesa su contenido.

Un resumen debe ser corto, lo más corto posible; debe explicar por si mismo las ideas sin hacer referencia a algún dato o fuente fuera del propio resumen. No debe contener fórmulas ni referencias.

En nuestro caso limitaremos el resumen, no debiendo pasar de unas 150 palabras.

1.4.    Introducción.

El objeto de este apartado está en que el lector conozca el sentido y finalidad de nuestro trabajo. Para ello, le expondremos el problema que ha motivado el trabajo, los objetivos que nos hemos propuesto, el camino que hemos seguido y mencionaremos muy brevemente las conclusiones a las que hemos llegado.

La definición del problema se debe expresar de forma clara, señalando su importancia e interés. Debe venir acompañada de una exposición del conocimiento existente en torno al problema, “el estado de la cuestión”, que se realizará de forma breve y realizando las citas bibliográficas pertinentes. No se trata de reproducir los conocimientos expresados en otros textos, sino de hacer mención de su existencia indicando donde se pueden consultar.

También se debe indicar, en la introducción, el camino y el modo en el que hemos buscado solucionar el problema y una breve relación de los resultados obtenidos.

No se trata ni de reproducir el resumen, ni de repetir los siguientes apartados. La introducción debe situar al lector en disposición de comprender lo que viene a continuación al conocer los objetivos que nos hemos propuesto, cómo queremos conseguirlos y al tener una primicia de los resultados obtenidos.

1.5.    Experimental.

En esta sección se describe el trabajo experimental realizado con suficiente detalle, de tal forma que cualquier otra persona pueda reproducir sin ambages las mismas experiencias, llegando por lo tanto a idénticos resultados. Esta descripción es fundamental e imprescindible para dar credibilidad al trabajo de laboratorio.

Puede constar de diversos subapartados como son los materiales, si su relación es importante en el trabajo; Aparatos, dando datos específicos de los instrumentos utilizados (marca, tipo, ...); Experiencias, con una descripción de las experiencias realizadas que permitan su reproducción; Métodos estadísticos, programas informáticos, etc..., todas aquellas herramientas de cálculo que, por su especificidad, puedan afectar al resultado.

1.6.    Resultados y discusión.

Dependiendo de la estructura del trabajo realizado, puede ser conveniente introducir en un mismo apartado los resultados y la discusión de los mismos o bien dividir este apartado en dos, cada uno con su epígrafe correspondiente. Si en el proceso experimental la decisión de realizar un conjunto de experiencias significativas ha venido dada de la discusión de unos resultados previos, puede ser conveniente que ambas partes vayan juntas.

Resultados: La exposición de los resultados debe ser clara y concisa. No implica una exposición exhaustiva de todos los resultados obtenidos sino una selección de aquellos que son significativos para justificar las conclusiones a las que se ha llegado. Seleccionar datos no significa eliminar aquellos que nos son molestos porque contradicen nuestra argumentación o quitan fiabilidad a nuestros resultados. Todo lo contrario, de existir datos con las características señaladas deben incorporarse al trabajo. Aquel que lea nuestro trabajo ha de conocer la fuerza de nuestros argumentos o su debilidad. Eliminar datos significa quitar todo aquello que sea irrelevante para la discusión que vamos a realizar, o bien porque no aportan nada o bien porque se pueden reducir a una expresión más sencilla (p.e. un conjunto amplio de puntos se puede reducir a un valor y una incertidumbre).

La exposición de resultados debe ser ordenada y puede ser corta cuando las demás secciones (introducción, experimental y discusión) están bien elaboradas. Es conveniente señalar los datos más significativos remarcando su importancia. Cuando resulta complicado incluir los datos en el texto; o queremos que la presentación de datos muestre una cierta evolución o permitan que el lector realice fácilmente una comparación entre los distintos resultados, es conveniente utilizar una tabla o una gráfica.

Las tablas y las gráficas se numeran según el orden de aparición en el texto. Si aparece en varios párrafos, se adoptará, para la numeración, la primera aparición. Vienen acompañadas por un pie explicativo que debe ser autosuficiente, o sea, debe explicar por sí mismo el contenido de la tabla o de la gráfica.

En la tabla los valores de cada variable deben estar ordenados de arriba a abajo, porque así la composición y lectura son más fáciles. Los datos numéricos deberán venir con sus cifras significativas: no tiene sentido para una medida con un error del 10%, dar como valor 4,578; hacerlo es complicar innecesariamente su lectura. Cada columna debe estar encabezada por la denominación de la magnitud que representa y por la unidad de referencia. En la presentación de la tabla y de los valores se debe tener en cuenta que su objetivo es facilitar al máximo su lectura e interpretación.

Si se quiere representar la evolución de una magnitud respecto de otra, en ocasiones es conveniente presentar los resultados en forma de gráfica. En este caso, la precisión de la lectura de los valores es menor que al representarlos en una tabla, por tener que leerlos en una escala, pero se visualiza mejor su evolución. Si se presenta una curva de ajuste, hay que tener en cuenta que esta curva ya es, por sí misma, una primera interpretación de los resultados y por lo tanto debe ser coherente con los supuestos teóricos y con la discusión del trabajo. La gráfica debe ser de fácil lectura e interpretación, para lo cual es fundamental una buena elección de los ejes de referencia.

Discusión: Es la culminación del trabajo. No consiste en repetir los resultados experimentales en un texto más extenso, sino de compararlos y analizarlos con vistas a los objetivos que previamente nos hemos trazado. En particular, hemos de comparar y analizar los resultados obtenidos y encontrar su explicación sin omitir aquellos aspectos que puedan resultar contradictorios. Debemos fijar los límites de validez y la fortaleza de los mismos a través de una crítica severa, comparándolos con resultados publicados por otros autores, tanto si apoyan nuestros argumentos como si los contradicen. Asimismo hay que presentar las conclusiones a las que se ha llegado y sus posibles derivaciones.

En todo el proceso de discusión se debe seguir una lógica rigurosa en la presentación de la relación causa-efecto. No se debe entrar en divagación y cualquier afirmación debe estar fundamentada, o bien en nuestros resultados o bien por algún precedente reflejado en la bibliografía. Es importante tener en cuenta que una afirmación, resultado experimental o interpretación, no es cierta por el mero hecho de estar publicada, ni tiene porqué estar reconocida de manera general por la comunidad científica. Hay que ser cautos a la hora de aceptar por buena una referencia de otros autores y debemos someterla a un proceso crítico similar al que aplicamos a nuestros propios resultados.

Las conclusiones son el colofón de nuestro trabajo. No se debe exagerar ni fantasear con una excesiva generalización de los resultados ni buscando una trascendencia inexistente; aunque tampoco es bueno quedarse corto y quitarles valor. Si algún resultado no encaja en nuestras conclusiones no debe ocultarse ni disimularse: se debe introducir en la discusión y señalar las posibles causas de su discrepancia.

En ocasiones, si las conclusiones son numerosas o especialmente significativas, pueden merecer un apartado propio.

1.7.    Agradecimientos.

Este es el apartado dedicado a la cortesía. Al realizar un trabajo, puede ser que hayamos recibido ayuda económica de algún organismo; nos hayan dejado el laboratorio o suministrado materiales; o algún colega o amigo ha destinado parte de su tiempo en escucharnos y asesorarnos; y, así, hasta un largo etcétera. Los agradecimientos se realizan con una frase escueta y sencilla y se debe ser generoso o generosa a la hora de realizarlos.

1.8.    Bibliografía.

En este apartado se reflejan las fuentes bibliográficas citadas en la memoria. Las citas bibliográficas aparecen fundamentalmente en la introducción y en la discusión del trabajo. La selección de la bibliografía es fundamental a la hora de dar una utilidad práctica al trabajo. Son las que permitirán al lector conocer las bases del conocimiento específico en que se apoya el trabajo, el estado de la cuestión a la fecha de realización del mismo y los posibles apoyos o divergencias que tenga el trabajo realizado y su discusión. En numerosas ocasiones la principal aportación de un trabajo es una buena selección de la bibliografía con él relacionada.

La bibliografía no debe ser más extensa de lo necesario, pero debe cubrir las necesidades reflejadas en nuestro trabajo. En la introducción se puede hacer referencia a textos antiguos o “no actuales” que sean especialmente significativos, dado que estamos dando una visión general del área en que se enmarca el problema que vamos a estudiar. Sin embargo, en el proceso de discusión, el contenido de las referencias utilizadas debe mantener plena su vigencia en la fecha de realización del trabajo.

Por supuesto, siempre que sea necesario se puede incluir una referencia bibliográfica en cualquier otro apartado de la memoria, excepto en el resumen. El uso de citas electrónicas, como hojas Web o similares, que pueden ser modificadas sin que exista constancia de la versión a la cual hemos hecho referencia, no es conveniente utilizarlas. De hacerlo, se deberá poner en la referencia la fecha de la consulta. Las revistas electrónicas, dado que garantizan que el contenido de los artículos no será modificado, se pueden citar al mismo nivel que una revista editada en papel. En todos los casos debemos tener en cuenta la fiabilidad que le damos a la información que nos proporciona cada referencia. La fiabilidad de cualquier publicación está relacionada con los autores y la editorial o institución que la edita.

Existen diversas formas para realizar una cita en el texto. Nosotros adoptaremos la de colocar un número en formato de superíndice en el texto, de tal forma que, después en el apartado “bibliografía”, encontremos los datos de la referencia precedidos por ese mismo número. En este caso, las citas bibliográficas aparecen ordenadas según su aparición en el texto. De haber más de una referencia se colocará un guión entre la primera y la última, o una coma de separación si no son correlativas. Si una referencia se cita por segunda vez, mantiene la numeración de la primera cita.

Ejemplo: Estudios previos sobre estos materiales2-4 muestran alteraciones debidas a la acción asimétrica del campo eléctrico5 que otros autores han explicado en términos de energía perdida por oscilaciones resonantes3,5.

En el apartado bibliografía se debe aportar para cada cita información suficiente para su localización. Si bien cada editorial tiene sus propias especificaciones, en la memoria la forma de describir una cita, tras el número de la referencia que aparece en el texto, será la siguiente:

a) Artículo: Autores + revista + número + volumen + página inicial + (año)

Autores: se coloca primero el apellido o apellidos seguido de la inicial del nombre. Si hay más de tres autores se coloca únicamente el primero seguido de “et al”, término latino que significa literalmente “y otros”.

Revista: Nombre de la revista en cursiva. Las revistas suelen tener una abreviatura oficial. Cuando se conozca, es mejor ponerla. En caso contrario, pondremos el nombre completo de la revista.

Se completa la información con el número de la revista, el volumen - si es el caso -, el número de la primera página del artículo y el año de publicación. ( Por ejemplo: Fuentes, V. et al, J. Polym. Sci., Nº 215, Vol 1, Pág 203, (2010)

 

b) Libro: Autores + título + editorial + ciudad dónde se editó +(año).

Tras los autores se coloca el título en cursiva. La edición de un libro puede haber estado dirigida por un particular que figura como editor de ese ejemplar; su nombre deberá figurar antes del de la editorial. Hay que poner además la editorial, lugar de edición y año. (Por ejemplo: Ibañez, F., Tópicos en termología , Ed: F. Míró, Ed. Worl Cientific, Praga (2005)).

c) Capítulo de libro: Autores +título del libro + editores + editorial + ciudad dónde se editó + página inicial +(año).

Si en un libro cada capítulo está realizado por autores diferentes, es importante hacer constar el nombre de los editores pues en numerosas ocasiones el prestigio de los mismos resalta la importancia de la recopilación..

d) Revista electrónica: Autores + revista + número + dirección electrónica + fecha de consulta + página inicial +(año).

Equivalente a la información dada para una revista, indicando además la dirección electrónica en la que se puede consultar y la fecha de consulta, por su hubiesen cambios en la referencia electrónica. Dado que la presentación de artículos electrónicos no se encuentra bien normalizada, se dará aquella información que se ajuste a la forma de presentación del artículo, pero respetando, en la medida de lo posible, el esquema anterior.

e) Página web: Autores (si es el caso) + dirección + Institución que garantiza sus contenidos (si es el caso) + fecha de la consulta.

Dada la inexistencia de control sobre la veracidad o fiabilidad de muchos de los datos publicados en Internet, su utilización, a la hora de ser citado en un trabajo debe ser muy cuidadosa y se debe conocer bien el origen de la información.

2.      Ejemplo de memoria de laboratorio.

A continuación tenéis un ejemplo de lo que podría ser una memoria. Por supuesto, la forma de elaborarla y los contenidos están supeditados a la voluntad de quienes la escriben; pero a través del ejemplo os podéis hacer una idea general de lo que debe resultar de su elaboración.

 

 

 

PRÁCTICA 5

INFLUENCIA DE LOS NÚCLEOS FÉRRICOS EN EL VALOR DE LA AUTOINDUCCIÓN DE UNA BOBINA

Adela García Bis y Andrés C. Gómez Gómez

Mesa: 5, Grupo M3, FFI

 

RESUMEN: Se ha estudiado la guía del campo magnético creado por una bobina a través de un material ferromagnético. Para ello se ha estudiado la variación de la autoinducción de la bobina, al ir modificando su núcleo hasta configurar un circuito cerrado. Se ha observado una correlación clara entre al aumento de la autoinducción y el crecimiento del medio ferromagnético. El estudio de la inducción electromagnética entre dos bobinas enrolladas en torno a un mismo circuito magnético ha permitido evaluar las pérdidas de campo magnético en el mismo y asociar el incremento de la autoinducción con la concentración de flujo magnético en el núcleo.

 

INTRODUCCIÓN: Al hablar de ferromagnetismo, hacemos referencia a una propiedad de determinados materiales los cuales, ante la acción de un campo magnético externo, son capaces de incrementar su valor por un factor mucho mayor que la unidad1-4, pudiendo mantener además sus propiedades magnéticas tras anular el campo magnético externo 1,3-4 . Así estamos familiarizados con los imanes permanentes o con los electroimanes, en los que un núcleo ferromagnético aumenta muchas veces el campo magnético creado por una bobina.

Al introducir una barra de material ferromagnético en el interior de un campo magnético ésta se imanta y genera a su vez un campo magnético que, al tiempo que incrementa considerablemente el valor del campo magnético en su interior, modifica el valor del campo magnético en su entorno reduciendo considerablemente su valor. Se puede afirmar que el material ferromagnético sirve de "guía" al flujo del campo magnético. Esto posibilita la construcción de circuitos cerrado por los que “circula” un campo magnético y que denominamos circuitos magnéticos4-5.

El estudio de los circuitos magnéticos encuentra su interés en numerosas aplicaciones tecnológicas3-4,6-7. Su utilización en el diseño de transformadores, si bien ya cuenta con más de un siglo de historia, sigue siendo fundamental en el desarrollo de tecnología tanto de baja como de alta potencia. Más reciente es el uso de circuitos magnéticos en el campo de la informática con aplicación en los sistemas de grabación y lectura de memorias magnéticas7.

En el presente trabajo nos limitaremos a analizar el fenómeno de guía de un campo magnético a través de un circuito ferromagnético muy simple. Para la verificación experimental del fenómeno se ha hecho uso de una relación derivada de la teoría de circuitos, que nos permite conocer la autoinducción de la bobina. Ha sido posible relacionar el valor medido de la autoinducción con las características del medio ferromagnético y explicar el resultado en términos de “guiado de campo magnético”.

 

EXPERIMENTAL: Para la generación del campo magnético se ha hecho uso de una bobina de 1200 espiras, con 12 ohmios de resistencia y una autoinducción en aire de 35 mH, según datos del fabricante. La limitación a 1 mA de la intensidad máxima admisible por esta bobina ha reducido considerablemente el valor del campo magnético generado por la misma. Una segunda bobina de 600 espiras y 9 mH se utilizó como bobinado secundario para el análisis del fenómeno de inducción entre bobinas.

 

El material ferromagnético utilizado fue suministrado por la casa PHYWE y consistió en una barra de hierro macizo, de sección cuadrada igual a la sección interior de las bobinas y de su misma longitud, y una segunda pieza de hierro en forma de U cuya sección y longitud de cada tramo coinciden con los de la barra anterior.

Para la medida de la autoinducción se dispuso un circuito como el de la figura 1a. La resistencia incorporada al circuito se midió con un ohmetro Fluke 45 dando como resultado 46,16 ± 0,12 Ω.

Figura 1. Circuito utilizado para la medida de autoinducciones. En el lado izquierdo se representan las cuatro configuraciones de núcleo utilizadas.

 El generador utilizado fue un Yokogawa FG110. Se introdujo desde el generador una señal alterna de 2 V de amplitud y 50 Hz de frecuencia. Las medidas se realizaron con un osciloscopio Hameg 203-5. En el canal 1 se midió la tensión generada por la fuente y en el canal 2 la diferencia de potencial en bornes de la resistencia, lo que permitió conocer la intensidad que circula por el circuito. Se utilizaron cuatro configuraciones para la bobina: Bobina con núcleo de aire, C1; bobina con núcleo simple de hierro, C2; bobina con núcleo de hierro en forma de U, C3, y bobina con núcleo en circuito cerrado, C4. La figura 1 muestra esquemáticamente estas configuraciones.


En la figura 2 se muestra el circuito utilizado para el estudio de la inducción entre ambas bobinas. En este caso la señal del generador se introdujo en la bobina de 600 espiras, mientras que la otra bobina queda en circuito abierto. En esta configuración, equivalente a la de un transformador, a ambas bobinas las denominamos bobina primaria y secundaria respectivamente.


Figura 2. Circuito utilizado para el estudio de la inducción entre bobinas con un núcleo común.


RESULTADOS Y DISCUSIÓN: El circuito de la figura uno es un circuito inductivo resultado de la disposición de una autoinducción y una resistencia en serie. A partir del triángulo de impedancias conocemos que la d.d.p. a la entrada del circuito y la intensidad que circula por el circuito están desfasadas un ángulo φ que cumple la relación8

donde R es la resistencia total del circuito, ω la pulsación de la señal y L la autoinducción.

Dado que la intensidad y la d.d.p. en bornes de la resistencia están en fase, el valor de φ lo podemos conocer a partir de la medida del desfase de las señales medidas en el canal 1 y 2 del osciloscopio dispuestos como se indica en la fig.1.

 La resistencia R resulta de la suma de la resistencia del elemento resistente del circuito, 46,16 Ω y la resistencia de la bobina, R L. Para obtener una mayor precisión, se midió el valor de la resistencia de la bobina 1, obteniéndose un valor de 11,34 ± 0,11 Ω, con lo que la resistencia total del circuito es de 57,50 ± 0,23 Ω

 

Figura 3. representación de una figura de Lissajouss.

El valor de φ se obtuvo a partir de la representación de la figura de Lissajous en la pantalla del osciloscopio. De esta forma se puede calcular el desfase a partir de la expresión 9

dónde D representa la distancia entre los valores máximo y mínimo de la elipse y d entre los valores positivo y negativo en el corte con la ordenada. La tabla 1 muestra los resultados obtenidos:

 

 

ω

rad/s

φ

grados

 

tg(φ )

L

mH

C1

314,2

11,38

0,2

36,6

C2

314,2

46,34

1,05

192,2

C3

314,2

57,81

1,59

291,0

C4

314,2

77,14

4,38

801,6

Tabla 1. Medida de la autionducción al ir cerrando el circuito formado por el material ferromagnético.

Cabe destacar en la medida que se ha obtenido para la medida en aire un valor aproximado al dado por el fabricante. La diferencia de 1,6 mH puede atribuirse a la baja precisión con que se realiza la lectura en la pantalla del osciloscopio así como a la tolerancia propia de la fabricación de la bobina. El resultado obtenido valida el sistema de medida adoptado, si bien hemos de considerar que introduce un error en el entorno de un 5% del valor real de la medida.

 

Al ir cerrando el circuito se incrementa el valor de la autoinducción hasta llegar a un valor máximo de unas 22 veces el valor de la bobina con núcleo de aire. Esto supone que al ir incrementando el medio ferromagnético aumenta la autoinducción de la bobina y por lo tanto el valor de la permeabilidad relativa del medio hierro-aire. Pero este incremento puede ser debido a dos causas:

 

1) El material ferromagnético actúa como guía del campo magnético y por lo tanto concentra en él el campo magnético creado por la espira.

 

2) Al haber más espacio en el entorno a la espira ocupado por un material ferromagnético, la proporción de medio ferromagnético es mayor y por lo tanto su influencia en el valor de la autoinducción.

 

Para dilucidar este problema tendremos en cuenta que si el campo magnético fuese guiado por el material ferromagnético en el circuito cerrado, esta situación sería equivalente a que la espira estuviese totalmente inmersa en un medio ferromagnético de análogas características al del material que conforma el circuito, luego el valor de m r sería el del medio ferromagnético.

 

Si tenemos en cuenta que la permeabilidad relativa de un material ferromagnético puede llegar en la saturación a un valor entre 5.000 y 120.000 veces la permeabilidad del aire4, un incremento de 22 veces la autoinducción es insignificante y muy por debajo de los valores esperados si alcanzáramos la saturación lo cual apoyaría la segunda causa para explicar el incremento de la autoinducción. Pero cabe señalar que la limitación de intensidad en las bobinas, de 1 A, implica que los campos magnéticos que podemos alcanzar están muy por debajo de la saturación y por lo tanto los valores conocidos de permeabilidad relativa en la saturación no nos permiten evaluar nuestro sistema.

 

Un transformador es un sistema formado por dos bobina, primaria y secundaria, con N1 y N2 espiras respectivamente y cuyos núcleos forman parte de un mismo circuito magnético4-5. Al aplicar una tensión senoidal a la bobina primaria, la ganancia de tensiones, definida como la relación entre la tensión en bornes de la bobina secundaria respecto a la tensión de entrada, es igual a la relación entre el número de espiras de la bobina secundaria respecto del número de espiras de la primaria: U2/U1 =N2/ N1 Esto es cierto en la medida en que el flujo del campo magnético que atraviesa la bobina primaria es el mismo que atraviesa la secundaria. De existir pérdidas de flujo la ganancia disminuiría y por lo tanto: U2 /U1< N2/N1 .

 

La ley de Faraday da la relación entre la diferencia de potencial en bornes de la bobina primaria y el flujo que atraviesa cada una de sus espiras:

 

 

si una parte de este flujo, kφ con 0<k<1, atraviesa la bobina secundaria inducirá una diferencia de potencial entre sus terminales:

 

 

con lo que la ganancia de tensiones tendrá como expresión:

 

 

en el caso de un transformador ideal en el que el flujo es conducido sin pérdidas de una bobina a la otra, k=1, la ganancia de tensiones es igual a la razón entre espiras de las bobinas. El valor de k se puede medir fácilmente a partir de la expresión anterior.

 

Se ha realizado el circuito dibujado en la figura 2. Se ha aplicado una señal senoidal de 50 Hz y diversas amplitudes entre 1 y 5 V. En todos los casos la ganancia de tensiones, calculada desde los valores máximos, ha sido de 0,42. teniendo en cuenta que la relación entre espiras de ambas bobinas N 2/N1=0,5, ello da un valor del coeficiente de pérdida de flujo k = 0,84. Esto supone que únicamente un 16% del flujo creado por la bobina 1 se pierde en el aire, siendo el 84% restante guiado por el núcleo ferromagnético hasta la bobina 2.

 

Dado que el volumen que ocupa el material ferromagnético es sólo una fracción pequeña del volumen total que envuelve las bobinas, es indudable que el material ferromagnético conduce el campo magnético. Por lo tanto, el incremento en el valor de la autoinducción de la bobina cuando se cierra el circuito magnético, respecto a la bobina con núcleo de aire, es debido a que al guiar en su interior el campo magnético el sistema tiende a comportarse como si la bobina estuviese inmersa en un medio ferromagnético.

 

Conclusiones : Se ha verificado el aumento de la autoinducción al hacer que el núcleo de una bobina forme un circuito cerrado. Se ha relacionado este fenómeno con la conducción del campo magnético a través del material ferromagnético que conforma el circuito, obteniéndose una pérdida de flujo, en el sistema estudiado, de un 16% del total producido.

 

Agradecimientos: El presente trabajo se ha realizado en el laboratorio del Departamento de Física Aplicada de la Universidad Politécnica de Valencia. Queremos agradecer al Dr. Agapito Díaz de la Colleja los comentarios realizados al presente trabajo.

 

 

 

 

Bibliografía :

 

1) Tejada, J. y Cudsnovsky, E.M., Investigación y Ciencia, Nº 216, pág. 62 (1994).

2) Boebinger, G., Passner, A. y Berk, J., Investigación y Ciencia, Nº 227, pág. 14 (1995).

3) Serway, R.A., Física, Vol. 2, Ed. MacGraw Hill, México (1992).

4) Burbano de Ercilla, S., Burbano García, E. y Grácia Muñoz, G., Física General, Ed. Mira, Zaragoza (1993).

5) Carter, R.G., Electromagnetismo para Ingeniería electrónica. Ed. Addison-Wesley Iberoamericana. Widmington (1993).

6) Livingston, J.D., Investigación y Ciencia, Nº 268, pág 64 (1999).

7) Toigo, J.W., Investigación y Ciencia, Nº 268, pág 64 (1999)

8) Lonchamp, J.P., Comprendre et appliquer l’electrocinetique des courant variables, Vol 10, Ed. Masson, Paris (1983).

9) Higgins, R.J., Electrónica experimental, Ed. Reverté, Barcelona (1971)